Socialismo y los límites del crecimiento económico

FUENTES: La Haine, Ekintza zuzena y Granada Vía Verde

"(...) El socialismo del siglo XXI que se intenta, o se proclama intentar construir en Venezuela, no se ha atrevido a plantear la insostenibilidad del modelo consumista del automóvil individual o no lo ha considerado un verdadero problema. Se ha seguido fomentando desde el gobierno al automóvil no como un medio de transporte necesario a la vida contemporánea sino como un símbolo de poder y clase social dentro de los esquemas del capitalismo consumista, individualista y derrochador.

La economía venezolana bendecida en los últimos diez años por elevados precios del petróleo (en buena medida consecuencia de las correctas y nacionalistas medidas de este gobierno dentro de la OPEP) y por un reformismo redistributivo que incluyó a millones de venezolanos dentro de los beneficios de la renta petrolera, aunado a una racionalización y mayor control por parte del Estado de la salvaje, especulativa y usurera actividad bancaria tal como y como funcionaba en la Venezuela pre Chávez, potenció la capacidad de ahorro y de pago de sectores de la clase media y trabajadora que les permitió hacer frente a los costos de adquirir un automóvil.

Esta bonanza económica, sumado a que en Venezuela la gasolina sigue manteniendo un precio absurda y simbólicamente bajo (alrededor de 0,12 centavos de dólar por litro) sigue promoviendo en forma inconmovible el ideal del vehículo individual como forma ideal de movilización y al transporte público (que el gobierno bolivariano ha atendido y potenciado como nunca antes en la historia de este país) como una especie de castigo, que los pobres que aun no han sido bendecidos con el divino heraldo de cuatro ruedas, deben padecer (...)" (JOEL SANGRONIS PADRÓN, Homo automoviliensis y socialismo del siglo XXI, 27dic08 La Haine)

“(...)El modelo económico y productivo experimenta una constante necesidad de crecimiento cuantitativo, pues en este crecimiento está la clave del beneficio y por consiguiente de la acumulación de capital; en definitiva de la concentración de riqueza. En este sentido, los sistemas capitalistas y burocráticos sólo pueden sobrevivir creciendo. Este crecimiento continuo está legitimado ideológicamente en la veneración de los conceptos de progreso y desarrollo (...)” (“Desarrollo sostenible. La palabra de orden de la nueva ecotecnocracia” en Ekintza Zuzena número 20 (1996), citado en Semana de la movilidad: ¿transporte o cercanía?, Granada vía verde, septiembre 2008)